Tomada de El Sol de Tijuana
Desesperados y comunicaciones bloqueadas
Tijuana.- El terremoto en la Ciudad de México y en otros estados del país como Morelos, Puebla y el Estado de México, generó conmoción a los capitalinos; pero en Baja California la situación se tornó desesperante debido a que miles de personas intentaron llamar, al mismo tiempo, a sus familias para saber si estaban a salvo.
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Apenas se supo del terremoto y comenzaron a llegar las primeras noticias e imágenes de la catástrofe, que en el corte más reciente había cobrado la vida de aproximadamente 150 personas en las cuatro entidades mencionadas, alrededor de 50 de ellas en la CDMX.
Las noticias empezaron a fluir y la tensión llegaba a las familias bajacalifornianas que solo tenían los noticieros, junto con portales y redes sociales para saber lo que sucedía en los distintos estados.
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En Tijuana tampoco había comunicación, las constantes llamadas “rebotaban” y durante varias horas, fue imposible hacer llamadas telefónicas a la capital del país; aunque algunas aplicaciones como WhatsApp no dejaron de funcionar y los chats permitieron contactar a las familias.
Una tijuanense que estuvo de visita en la Ciudad de México, platicó para El Sol de Tijuana lo que vivió durante el terremoto. Priscila Chávez comentó que se hospedó en la Colonia Roma y estaba esperando la hora de la comida cuando comenzó a temblar.
“El movimiento primero fue una sacudida, pero a los 20 segundos empezó el terremoto, salimos corriendo, no sonó la alarma sísmica, empezó a tronar, dos edificios cayeron en la Condesa, en la Roma otro, a otro se le cayó la fachada”.
Relató que la gente se mantuvo en las calles debido a que no les permitían regresar a los edificios o casas. Priscila relata que le llamó la atención el apoyo de la gente a quienes necesitaban ayuda, “todos muy conscientes, por ejemplo, dirigiendo el tránsito porque los policías estaban atendiendo otros rumores de robos y cosas así”.
La joven tijuanense supo, por primera vez, lo que es un sismo y señaló que luego del mismo se quedaron sin servicios, hubo fugas de gas por lo que les indicaron que no debían encender nada. Recordó que en Santa Fe dejarían a la gente entrar a sus casas hasta las 20:00 horas una vez que hubiese garantías de que todo estaba en orden.
Agregó que los servicios de emergencia fueron rápidos y la movilidad de las ambulancias fue importante. Para la joven lo más complicado fue la comunicación, misma que tuvo origen en la saturación de las líneas.
En lo que se refiere a las salidas en el aeropuerto internacional Benito Juárez, dijo que durante cerca de seis horas, la aerolínea Volaris suspendió sus vuelos aunque la llegada al aeropuerto también fue conflictiva.