· Los equipos electrónicos suelen contener metales peligrosos como cobalto, indio, antimonio, plomo y mercurio. Sin embargo, también es fundamental prestar atención a las carcasas de estos aparatos.
Tijuana, Baja California, 31 de diciembre de 2024. – La generación de residuos electrónicos ha aumentado significativamente en los últimos años. El rápido cambio tecnológico, las constantes innovaciones en los equipos y la obsolescencia programada han impulsado el crecimiento de estos desechos. En 2022, México superó los 1.4 millones de toneladas de residuos electrónicos.
Jessica Castañeda, ingeniera química y asesora técnica del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX), explicó que los equipos electrónicos suelen contener metales peligrosos como cobalto, indio, antimonio, plomo y mercurio. Sin embargo, también es fundamental prestar atención a las carcasas de estos aparatos.
“En las cubiertas de aparatos o dispositivos electrónicos construidas con plástico negro se pueden encontrar retardantes de flama. Los retardantes de flama bromados son sustancias químicas que se añaden como aditivos a los plásticos para disminuir su inflamabilidad y cumplir con normas de seguridad contra incendios”, detalló Castañeda.
La asesora advirtió que “este tipo de sustancias las podemos encontrar en alfombras, sillones, tapicería de vehículos, utensilios de cocina, controles de la tele, etc. Por lo tanto, es de vital importancia evitar que los infantes se lleven a la boca celulares o controles remotos como los que se utilizan para la televisión u otros aparatos electrónicos, o alfombras o tapetes para gatear”.
Castañeda subrayó que este tipo de plástico no debería ingresar a un proceso de reciclaje convencional, ya que al mezclarse con otros plásticos se pierde su rastro. “Lo podríamos encontrar en recipientes desechables para comida, en juguetes, etc.”, alertó.
Como egresada del Programa LEAD por El Colegio de México, Castañeda enfatizó que los retardantes de flama bromados son tóxicos, persistentes y bioacumulables. “Es decir, lo que ingresa a nuestro cuerpo se adhiere al tejido adiposo, por eso la importancia de conocer su trazabilidad”.
Una solución efectiva para gestionar adecuadamente los plásticos provenientes de residuos electrónicos es la implementación de una Tasa Anticipada de Reciclaje (TAR). Este instrumento económico ya se utiliza en países como Suiza y en otros productos como las llantas.
“Cuando compramos un equipo electrónico, una TAR podría representar menos del 3 % del valor del producto, no pinta, no significa un pago elevado. Al momento de la adquisición ya queda asegurada su gestión adecuada, una vez que ‘pierde’ su valor para el consumidor. En California existe este pago anticipado de reciclaje para equipo electrónico”, explicó Castañeda.
Finalmente, destacó que una TAR es un mecanismo en el que productores, distribuidores, consumidores y gobierno comparten la responsabilidad del manejo adecuado de los residuos electrónicos, contribuyendo así a proteger el medio ambiente y la salud pública.
