tomada de el mexicano
CIUDAD DE MÉXICO. — Los equipos de rescate seguían sacando a sobrevivientes de entre los escombros en Ciudad de México mientras las operaciones de búsqueda entraban el viernes en su cuarto día, dando esperanza a los desesperados familiares que esperaban ante los edificios derruidos por un sismo de magnitud 7.1.
Las autoridades elevaron la cifra de muertos del terremoto del martes a 286, más de la mitad de ellos en la capital. El jefe de Protección Civil, Luis Felipe Puente, dijo que hay 148 muertes confirmadas en Ciudad de México. Añadió en un tuit que hubo 73 muertes en el estado de Morelos, 45 en Puebla, 13 en México, seis en Guerrero y una en Oaxaca.
La policía federal mexicana dijo que se había sacado a varias personas de entre los restos de dos edificios el jueves. Los rescatistas retiraron o rompieron losas hasta encontrar grietas que permitieron que varios trabajadores se introdujeran entre los restos para llegar a las víctimas e izarlas hasta lugar seguro. En total se rescató a 60 personas en la capital desde el temblor registrado el martes a mediodía, según el gobierno local.
Se acercaba la hora de reemplazar a los rescatistas por excavadoras para despejar escombros, pero las autoridades se esforzaron en decir que aún era una operación de rescate.
Puente reconoció que las topadoras empezaban a alzar escombros de edificios donde no se había detectado la presencia de personas o donde las montañas de ladrillos y hierros parecían a punto de derrumbarse sobre edificios vecinos.
“Las labores de rescate continúan y no se detendrán”, dijo Puente. “Es falso que se esté demoliendo estructuras donde puede haber sobrevivientes”.
La gente que presenció los derrumbes dijo que la tragedia pudo ser mucho peor. Algunos edificios no cayeron de inmediato, lo que dio a sus ocupantes tiempo para salir, y otros dejaron huecos con aire donde los ocupantes pudieron sobrevivir.
También hubo casos de salvaciones casi milagrosas.
El guardia de seguridad Félix Giral Barrón dijo que al comenzar el terremoto tuvo tiempo de avisar a la gente en su edificio que lo evacuaran. A continuación, un edificio de apartamentos al otro lado de la calle colapsó y un gran tanque de gas cayó del techo, pero no explotó.
“El edificio colapsó, y el tanque de gas de 250 kilogramos lo sujetaron los árboles del bulevar y se salvó de explotar”, dijo Giral.
En cambio, no hubo milagro en que una niña que se creía atrapada en el derrumbe de una escuela había estado en contacto con los rescatistas.
Desde el miércoles por la mañana, la nación había puesto sus ojos en la búsqueda de la niña entre los escombros de la escuela en el sur de Ciudad de México. Los rescatistas dijeron a la prensa que una niña, identificada como Frida Sofía, había dado señales de vida al mover los dedos. Dijeron incluso que hablaron con ella.
La niña se convirtió en símbolo de esperanza, pero no aparecieron familiares que la identificaran, y las autoridades dijeron que no había una alumna de ese nombre registrada en la escuela.
El jueves por la tarde, el subsecretario de Marina, almirante Enrique Sarmiento, anunció que si bien había rastros de sangre y otras señales indicativas de una presencia en el lugar, se conocía la suerte de todos los niños matriculados.