* En la pantalla, apareció en video el poeta, que desde el pasado, desde el otro lado de México tocaba a los asistentes, los seducía con su acompasada voz y el florido vocabulario que distinguió su hablar: “el camino del poeta es la verdad, y le corta el camino al filósofo, mientras aquel va con el razonamiento y la dialéctica, el poeta con la intuición llega a las cosas”.
TIJUANA BC 25 DE JULIO DE 2014.- Durante diez años Pilar Jiménez Trejo convivió con el poeta chipaneco Jaime Sabines, anécdotas, vivencias, momentos sensibles, evocadores y de gran inspiración surgieron en ese intercambio periodístico-literario y fueron expuestos en el Centro Cultural Tijuana como parte del Ciclo de Conferencias México a través de la Cultura la noche del jueves.
Jaime Sabines; apuntes para una biografía es el libro que hace un año y medio publicó Jiménez Trejo y que sirvió como base para la charla expuesta en la Sala Carlos Monsiváis ante las casi 300 personas que colmaron este espacio y conocieron, de voz de la periodista, detalles inéditos y apenas conocidos del poeta más querido de México como suele llamarse a Sabines.
“Dedicamos esta conferencia al queridísimo poeta chiapaneco”, dijo el director del CECUT Pedro Ochoa Palacio, “el libro que se presenta esta noche fue resultado de 17 años de trabajo por parte de la autora, es un libro de investigación y contiene algunos instantes que conforman la vida de Jaime Sabines, es como verlo desde adentro”, concluyó.
En la pantalla de la Monsiváis apareció en video el poeta, que desde el pasado, desde el otro lado de México tocaba las fibras más sensibles de los asistentes, los seducía con su acompasada voz y el florido vocabulario que distinguió su hablar: “El camino del poeta es la verdad, y le corta el camino al filósofo, mientras aquel va con el razonamiento y la dialéctica, el poeta con la intuición llega a las cosas”, afirmaba Sabines.
“Enfrenté la realidad, y el poeta famoso, que se sentía muy poeta, tuvo que abrir una tienda, barrer la calle, vender manta para poder vivir, entonces fue un aprendizaje de vida, y se me cortó esa vanidad que tienen los poetas jóvenes, yo me sentía humillado en esa actividad que es la más antipoética del mundo, el comercio”, confesaba el autor, que fue multipremiado y reconocido internacionalmente.
“Eso que llaman felicidad no es más que un acuerdo de uno, consigo mismo”, se vio decir al poeta sentado en una hamaca y en seguida con su biblioteca como escenario, afirmar con un suave movimiento de manos que “todos estamos tremendamente solos, y vivimos en una gran soledad, la poesía como un gesto amoroso, es un puente que tendemos entre un soledad y otra”.
“El poeta antes que nada tiene la obligación de hablar de lo inmediato, de sus vivencias reales, toda la vida no puede transcurrir en un carril uniforme, rutinario, no creo en los poetas de vocación, creo en los poetas del destino”, concluía la voz del chipaneco que daba pie a una serie de anécdotas contadas por Jiménez fruto de su estrecha relación con Sabines y su familia.
“Sabines es el poeta que nos conmueve y nos asombra, a 15 años de su muerte me pareció maravilloso que su público sea tan joven; decía Heraclio Zepeda que dentro de 500 años habrá una pareja de jóvenes leyendo Los amorosos”, señaló la escritora. “Sabines no es solo un poeta del amor, que es muy importante en su obra, pero la muerte es un tema crucial, la condición humana”, afirmó.
Un proyecto poético quedó trastocado, cuenta Jiménez que Carlos Monsiváis revisaba los apuntes de Sabines en busca de un poema en obsequio, y dio con una veta poética descuidada entre esas notas, sugirió explotarla, Sabines propuso que Monsivaís hiciera la selección para un libro más, que José Emilio Pacheco revisaría, la muerte sorprendió a los tres y truncó la prometedora publicación.
La familia Sabines guarda un paralelismo con la familia Corleone de la obra de Mario Puzzo El Padrino, el abuelo migrante del Líbano llegó también a una aduana pero en Veracruz, al no saber cómo pronunciar el apellido preguntó por el pueblo de origen y al escuchar Sacbín, un pueblo pastorero cercano a Beirut, renombró al inmigrante como Sabines dando origen al apellido del poeta, contó la conferencista.
Sabines se apersonó en la Sala Monsiváis mediante las entrevistas rescatadas que se le hicieron a lo largo de su vida, sin duda el momento más inspirador fue mirarlo rememorar su vida de estudiante o de escritor, y fue mediante las anécdotas contadas por la autora de Jaime Sabines; apuntes para una biografía que sus poemas y obra escrita fueron evocadas esa noche.
Sabines se quedó en el recuerdo: “El poema se da muchas veces gratuitamente, es como un don, una cosa que crece entre nosotros que está, que aflora, en muchas ocasiones me ha tocado descubrir que el poema no ha sido construido, no ha sido elaborado o entregado gratuitamente, te podría decir que el poema es un suceso, un acontecimiento, una ocurrencia de todos los días”.
Para conocer sobre todas las actividades que ofrece el Centro Cultural Tijuana se puede consultar el portal www.cecut.gob.mx.