En opinión de: por Miguel Meza
¿QUÉ ES?
La candidiasis (candidosis, moniliasis) es una infección causada por diversas variedades de Cándida, parásitos de ‘hongos’, especialmente Cándida albicans. La infección de las membranas mucosas, como ocurre en la boca o la vagina, es frecuente entre los individuos con un sistema inmunológico normal. Sin embargo, estas afecciones son más frecuentes o persistentes en diabéticos o enfermos de SIDA y en las mujeres embarazadas.
Forman parte del grupo de las enfermedades más frecuentes que afectan al hombre e incluso se puede afirmar que prácticamente todos los hombres a lo largo de su vida la padecerán alguna vez. Existen tres tipos de micosis humanas: superficiales, intermedias como las candidiasis y profundas. Las habituales en España son las superficiales y las candidiasis. En este apartado comentaremos las candidiasis mucocutaneas, cuyo agente patógeno es la ‘Cándida albicans’.
CAUSAS
La mayoría de las especies de Cándida son saprofíticas y pueden formar parte de la flora cutánea con excepción de la Cándida albicans que cuando se encuentra en la piel es agente etiológico de una candidiasis primaria. Hay múltiples factores predisponentes a la infección candidásica: unos dependen del huésped y otros de las condiciones ambientales.
Dentro de los primeros están los fisiológicos, los genéticos y los adquiridos.
Así los recién nacidos, las mujeres en el periodo premenstrual o embarazadas, los pacientes con síndrome de Down, diabetes, linfomas, leucemias, que toman antibióticos o corticoides o inmunosupresores o tienen enfermedades debilitantes, tienen mayor facilidad para padecer esta dermatosis. Entre los factores ambientales la humedad, el calor, la maceración crónica, por ejemplo, de las comisuras en los ancianos, las prótesis dentarias mal ajustadas, la fricción entre dos superficies cutáneas favorecen la infestación.
SÍNTOMAS DE CANDIDIASIS
Los síntomas varían dependiendo de la localización. Desde el punto de vista dermatológico interesan las candidiasis mucosas y las cutáneas. Dentro de las primeras y afectando a la mucosa esta el muguet. Éste se manifiesta como unas placas cremosas, blanquecinas que confluyen en placas, en dorso de lengua, velo del paladar, mucosa gingival y genital. Al desprenderse dejan al descubierto una mucosa roja y congestiva. También la infección pude manifestarse como una lengua roja, lisa, brillante y dolorosa o como una afectación de las comisuras bucales en forma de placas triangulares, con escamas y fisuras en el centro o afectando a los labios, principalmente al inferior con escamas adherentes de color grisáceo y erosiones.
La mucosa génito-perianal es otra localización habitual de estas infecciones, representando el 20-30 por ciento de las infecciones vaginales. Se presenta como un enrojecimiento y edema de los labios menores que se puede extender hacia labios mayores, periné, pliegues inguinales e interglúteo, acompañado de prurito y “quemazón”. La misma afectación puede afectar a genitales externos masculinos.
Dentro de las candidiasis cutáneas vamos a hacer referencia a dos cuadros: las candidiasis de los pliegues o intertrigos candidásica y las onicomicosis.
Candidiasis oral: Algunos de los síntomas generales de las aftas micóticas incluyen: sensación dolorosa de ardor en la boca o la garganta, alteración del gusto (especialmente con alimentos picantes o dulces) y dificultad para tragar. La candidiasis oral se manifiesta como manchas o parches de un color blanco o rojo-rosáceo en la lengua, en las encías, en las paredes laterales o superior de la boca y en la pared posterior de la garganta. Algunas veces, la candidiasis oral puede causar grietas, hendiduras y úlceras (queilitis angular) en los costados de la boca.
Candidiasis esofágica: Este es un tipo de candidiasis que aparece en la profundidad de la garganta y no siempre se ve a simple vista cuando se mira dentro de la boca. Puede causar dolor en el pecho, así como también, dolor y dificultad para tragar. La candidiasis esofágica es mucho más común en las personas VIH positivas con el sistema inmunológico debilitado.
TIPOS DE CANDIDIASIS
Intertrigos candidásica
Es la forma clínica más frecuente.
Puede afectar a grandes pliegues como son axilas, ingle, pliegue interglúteo, región sub-mamaria, cara lateral de cuello o pequeños pliegues como son espacios interdigitales de manos, pies y región retro auricular. La piel está enrojecida, ligeramente edematosa y puede que en la superficie haya elementos vesículo-pústulosos. Es muy típico observar cómo estas áreas están delimitadas por un fino reborde escamoso, apareciendo lesiones satélites. El paciente refiere prurito intenso y quemazón.
Onicomicosis candidásica
Con cierta frecuencia aparece en niños con mugue y en adultos con intertrigo de pequeños pliegues interdigitales.
Puede mostrarse como una inflamación dolorosa del reborde periungueal, acompañada de mínima secreción purulenta o bien como un engrosamiento de la lámina ungueal con depresiones puntiformes y surcos trasversales.
DIAGNÓSTICOS
El diagnóstico es fundamentalmente clínico aunque en ocasiones es necesario apoyarse en un examen directo de las escamas o en un cultivo micológico.
TRATAMIENTOS
Según la extensión de la infección y el estado general del paciente se decide un tratamiento tópico o sistémico.
Así tópicamente se puede emplear cotrimazol al 1 por ciento, miconazol, ketoconazol, sertoconazol, terbinafina o naftilina.
Los tratamientos sistémicos más frecuentemente empleados son itraconazol o fluconazol. El pronóstico es bueno siendo curativo tanto los tratamientos tópicos como sistémicos. Pero si los factores predisponentes de estas micosis no se corrigen es posible otra nueva infección.
Las condiciones más comunes para que el hongo se multiplique y provoque una infección son las siguientes:
o Las áreas de la piel húmeda o sudorosa son ideales para la cándida albicans. Por lo tanto, los sitios generalmente afectados son los pliegues de la piel de la ingle, los sobacos y debajo de los senos.
Las personas obesas pueden desarrollar la infección por cándida entre los “rollos” o pliegues de la piel. También puede afectar la piel entre los dedos de manos y pies y las comisuras de la boca.
o Personas con hábitos de higiene pobres que duran varios días sin bañarse o que no se cambian de ropa por varios días.
o Personas con diabetes o prediabetes.
o Bebés que no les cambian el pañal con frecuencia.
o Otra razón común es no secarse bien la piel después de bañarse especialmente las personas obesas y diabéticas.
o Llevar una dieta alta en azúcar y harinas ya que eso alimenta el hongo.
o Tomar un curso largo de antibióticos, pastillas anticonceptivas o medicamentos esteroides.
o Estos medicamentos matan otra bacteria amigable dejando espacio para que la cándida albicans se multiplique fuera de control.
o Personas con un sistema inmunológico deficiente. Por ejemplo, pacientes de SIDA, personas que están recibiendo quimioterapia o personas que tienen cierto tipo de trastorno grave de la sangre.
Aceite de coco
Investigaciones científicas han demostrado que los ácidos grasos de cadena media en el aceite de coco matan la cándida. El ácido caprílico es uno de los ácidos grasos que se encuentran en el aceite de coco que se ha utilizado desde hace bastante tiempo en la lucha contra las infecciones por hongos cándida.
Además del ácido caprílico, el ácido cáprico y el ácido láurico también han demostrado ser altamente eficaces para matar la cándida albicans rápidamente.
Es importante fijarse en el envase del aceite de coco que diga “sin refinar” o “extra virgen” y preferiblemente que sea orgánico. Se puede aplicar directamente sobre la piel afectada y también es bueno comerse una cucharada de aceite de coco sin refinar al día.
Para doble potencia se le puede agregar el gel de una cápsula de ajo a un poquito de aceite de coco y ponérselo directamente sobre la piel afectada.
Ajo
El ajo es un poderoso anti fúngico natural. La levadura y el ajo simplemente no pueden coexistir, por lo que el consumo regular de ajo es un método altamente eficaz para controlar la cándida. También podemos hacer algunas cremas caseras de ajo para uso externo.
Vinagre de manzana
Uno de los beneficios que se le adjudican al vinagre de manzana es que combate el hongo cándida albicans. Una buena manera de usar el vinagre es echar unas dos o tres tazas en el agua de la tina y meterse por unos 30 minutos asegurándose de que el agua llegue a las zonas afectadas por el hongo.