TIJUANA, B.C.- Con un espectacular concierto la cantante mexicana Eugenia León presentó su nuevo disco Una rosa encendida, la noche del miércoles en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura.
“Ya tenía ganas de llegar, Tijuana es para mí una ciudad muy especial, ustedes son especiales para mi, este concierto tiene un poco de todo, las canciones nuevas y algo del pasado”, dijo la interprete con 35 años de años de carrera profesional.
Luego de cantar Sur o no sur y El presente, Eugenia empezó a cantar al amor: “entre los dos andantes hay conflicto, está por verse quien quedará invicto, por lo pronto no dan un paso atrás”, dijo a manera de introducción de su afamado tema Luna, y volvió a emocionar al público con su versión de Yo vengo a ofrecer mi corazón, un tema de Fito Paez.
Amar y vivir, Miedo, Lo que construimos, y Fuego fueron dando temperatura a un concierto pensado la víspera del Día Internacional de la Mujer. “La vida sigue estando desligada de que el mundo viva en paz y haya igualdad y justicia entre hombres y mujeres”, expresó antes de interpretar Mujer inconveniente.
Sonaron temas clásicos combinados con los éxitos de compositoras jóvenes, canciones del trovador Rafael Mendoza se unían con los de Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Jorge Drexler y Leonel García, vibraron los corazones con piezas como Beso, Corazón gigante, Tierra-Luna, Remando despacio y el tango con música de Astor Piazzola.
León presentó a sus acompañantes en el escenario: “He aquí mis vecinos, he aquí mis hermanos: en las guitarras Flavio Meneses; en el teclado Luis Portillo; en la batería Fernando Mendoza; en el bajo Jesús Sánchez Puebla; en coros Karina Mansur, y Alfredo Calderón; en percusiones, jarana y coros Carlos García; en la trompeta César Barreiro; en el saxofón Juan Manuel Navarro y en la dirección musical y el piano Rocío Serrano.
Adiós a los dioses, la ranchera De qué te cuidas, Luna de octubre, Caótica belleza, Juego de azar, y Aquí me quedo, fueron el último segmento del recital.
Pero el público la hizo volver al escenario para cantar dos temas clásicos, Cosa de dos y el inefable Fandango aquí, con el que ganara el prestigioso Festival OTI en Sevilla, España en 1985; para despedirse juntó las manos con su grupo de músicos y coristas y forjó un momento de gran sensibilidad cantando Un mundo raro, de José Alfredo Jiménez, uniendo las voces del público que coreó de pie.
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