Rosarito Blues
Por: Gerardo Díaz Valles
ROSARITO BC 24 DE JUNIO DE 2014.- Era cuestión de días. La estrepitosa salida del Director de la Policía de Rosarito, Jorge Eduardo Montero Alvarez, arroja al momento un saldo difícil de sopesar, al ser en este momento el aparato de gobierno municipal, una autentica “hoya express”, luego de seis meses de gobierno caótico, errático y sin rumbo fijo en materia de seguridad.
Los ánimos de la tropa diezmados y muchos políticos rapaces buscando jalar para sus mezquinos intereses al tomar al gobierno de Silvano como botín o arena política.
Lo que reconoce y acepta con cierta impotencia nuestro morenazo alcalde, que hoy su gobierno se encuentra partido, producto de una maldita alianza partidista, desde que el Partido Acción Nacional, y esto lo dice el columnista, le hiciera el gesto de rechazo al hoy dos veces alcalde, al dejar que lo postulara por segunda vez a la presidencia municipal, un partido político diferente al suyo.
Y es que si bien cuatro pueden ser las fuerzas políticas visibles al interior de gobierno, donde por cierto el PRI sigue mas vigente que nunca con un Eligio Valencia, Padre e Hijo y sus amigos, mas fuertes incluso que en el anterior trienio tricolor; hacia afuera también y por desgracia, otros personajes han querido sacar raja política y ganancias claras para sus intereses malsanos, como son tres ex alcaldes plenamente identificados, dos del PAN y uno supuestamente del PRI, llámese Hugo Eduardo Torres Chaubert, “El Míster” como le dicen algunos con cierta consideración debido a su “experiencia política” que en poco o nada le sirvió al “Montarle” a quien fuera su Secretario de Seguridad, entonces con cierta aura de “salvador” de los Rosaritenses.
Pero hoy es otra historia, cuando Montero, soberbio y con desplantes de grandeza, perdió la perspectiva de su delicado cargo, insistía en solo rendir cuentas a “su Jefe”, como le llamo en aquella caótica sesión especial de Cabildo, en donde el Militar abiertamente insulto la investidura y autoridad del resto de los ediles, al literalmente pretender “chamaquearlos”, restregándole que “no saben del tema y que no leyeron” su plan de trabajo.
Pero si les pedían su voto a favor prácticamente a ciegas. Tarde, muy tarde le cayó el veinte para buscar tratar de reivindicarse en una suerte de errática campana de manejo de imagen, al grado de buscar indignamente, el “reunirse con reporteros”, mandar felicitar a sus críticos por “El Día del Padre”, pero no le alcanzo la simpatía.
El daño ya está hecho, principalmente a la corporación policiaca y solo resta ver el comportamiento de los protagonistas en esta triste historia de adversidad para Rosarito y los rosaritenses. Sordo e intransigente, siguió con sus declaraciones fuera de orden filtradas a ciertos medios informativos, enardecieron más los ánimos de la gente, de los políticos, los policías e incluso un sector considerable de la prensa. Se necesita un líder de verdad, esperemos que sea de casa.