* Pidió a policías no intervenir para evitar delitos
* “Volteense para otro lado”, es la instrucción
TIJUANA BC 27 DE OCTUBRE DE 2016.- Hace tres años durante su campaña a la presidencia municipal de Rosarito, Silvano Abarca Macklís prometió un municipio seguro y bonito.
Pero aquella frase no pasó de ser una pose populista: Al final de los tres años de gestión administrativa del VI Ayuntamiento que encabeza, Silvano Abarca Macklis ocupa el deshonroso primer lugar de delitos cometidos en la historia del municipio, y en el país, superando con mucho la media nacional de ilícitos por cada 100 mil habitantes.
En los dos años y diez meses de la administración que encabeza Abarca, de acuerdo a estadísticas oficiales, el municipio de Playas de Rosarito, registra casi los 200 asesinatos cometidos, 70 de ellos, ocurridos en lo que va del 2016, 25 tan solo durante los meses de septiembre y octubre de este año.
Pero esta oleada de terror que vive el municipio de Playas de Rosarito, no es casual. De acuerdo con agentes de la policía inconformes, el propio alcalde Silvano Abarca Macklis, habría hecho acuerdos con grupos criminales para dejarlos operar impunemente.
Al menos esa fue la orden transmitida a los mandos policiacos y la tropa através de Joaquín Olea, Comisario de la Policía Municipal, a quien se atribuye haber informado a mandos medios las instrucciones del alcalde Silvano Abarca en el sentido de que agentes de la corporación policiaca, se abstuvieran de intervenir cuando se dieran cuenta de delitos en curso.
Les pidió también mantenerse al margen de investigaciones policiales, “y hacerse pendejos cuando vean grupos extraños y hacer como que no ven nada. Y si ven algo, volteense para otro lado”.
Así, las estadísticas registradas por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, muestran que la principal incidencia delictiva, se da en la Zona Centro de la ciudad en donde se registra el mayor número de robos con violencia en la vía pública y el robo de vehículos, mientras que en la Colonia Constitución y Lucio Blanco, se dispararon los robos a casa habitación y comercio.
Paradójicamente, la Zona Centro es una de las zonas más vigiladas de la ciudad, en donde se concentra hasta el 50 por ciento de la fuerza pública.
¿Pero si la instrucción es no intervenir para frenar la comisión de delitos, a que se dedican los agentes de la policía municipal?
Son múltiples los escándalos en donde agentes de la policía municipal se han visto involucrados en escándalos en la vía pública protagonizando borracheras y utilizando las patrullas para pasear a prostitutas.
Algunos se dedicaron a la farándula, e incluso como extras de películas con el tema del crimen organizado, mientras que a una gran cantidad de ellos les dio por dedicarse al activismo político en distintos partidos.
La vigilancia de las calles, es la función que menos han realizado.
El resultado ha sido una policía irresponsable e indisciplinada, y dividida en varios grupos antagónicos, como quedó demostrado durante el pasado proceso electoral, en donde al menos 20 agentes de la corporación, fueron encarcelados durante cerca de 24 horas, acusados de realizar activismo político a favor del entonces candidato a la presidencia municipal, Raúl Paredes Esquer.
A la fecha, los agentes involucrados como activistas del Partido Estatal de Baja California, se mantienen castigados en “puntos fijos”, realizando labores administrativas o atendiendo la barandilla.
Durante el proceso electoral del 2016, la Policía Municipal, recibió también instrucciones específicas de apoyar la campaña de los candidatos panistas a la presidencia municipal de Tijuana.
Se atribuye al Secretario General, Fernando Serrano, haber distribuido cientos de engomados del Instituto Nacional de La Mujer, como salvoconducto a infractores.
Quien poseyera en su vehículo uno de esos engomados, tendría carta libre para circular en el municipio, sin ser molestado por la policía.
Mientras tanto, la violencia en las calles se ha incrementado.
De acuerdo a las estadísticas de la Secretaría de Gobernación, la media nacional de asesinatos por cada 100 mil habitantes en el país, es de 17. Solo entidades como Guerrero, con 45, o Chihuahua con 36, y Jalisco con 40, superan la media nacional.
Rosarito, supera con mucho a dichas entidades, pues con apenas 100 mil habitantes, supera el promedio de los 60 asesinatos por año, durante los tres años de la administración que encabeza Silvano Abarca.
Durante este periodo, el robo de autos también se incrementó considerablemente. Las Estadísticas Registran un promedio de 500 autos robados por año, cifra que se incrementó durante los primeros diez meses del 2016, al registrarse, hasta el mes de Septiembre 592 autos robados.
Llama la atención que la zona turística, en donde se concentra la mayor parte de la fuerza policiaca, es la de mayor incidencia de robos de vehículos.
Un comportamiento idéntico muestra la incidencia de robos con violencia en la vía pública.
Policía Bajo Sospecha
Tan solo durante los primeros 9 meses del 2016, la estadística de la Secretaría de Seguridad registró incrementos de hasta un 20 por ciento en la incidencia de delitos cometidos en la vía pública con violencia, los robos a casa habitación y los robos a comercios.
Pero más allá de la orden del alcalde Silvano Abarca a policías de “voltearse para otro lado” cuando vean que se está cometiendo un crimen, son crecientes también las denuncias de complicidad entre policías y delincuentes.
El pasado fin de semana, Mariana N, salió de realizar sus compras en un conocido centro comercial de la zona Centro, se detuvo a hacer un retiro en un cajero, situación que fue aprovechada por dos jóvenes delincuentes que la amagaron con armas blancas para que les entregara el dinero.
El atraco se cometió frente a dos policías, que aparentemente intervinieron para detener a los delincuentes. Le pidieron a la mujer acudiera a la Agencia del Ministerio Público para que presentara la denuncia, ofreciendo que presentarían al delincuente más tarde, solo lo llevarían al juez calificador para que hiciera “el papeleo” de la turnación..
Después de varias horas de espera, ninguno de los agentes se presentó.
Casos como este, se multiplican en la ciudad. Las quejas contra la policía son recurrentes en el sentido de no atender denuncias ciudadanas.
Ordenes, son ordenes.