MÉXICO.- El presidente estadounidense, Donald Trump, bajó este jueves el tono en relación con su plan de imponer aranceles al acero y el aluminio, al prometer “flexibilidad” para aquellos países que sean “verdaderos amigos” de Washington.
“Debemos proteger y construir nuestra industria del acero y el aluminio mostrando al mismo tiempo gran flexibilidad y cooperación hacia aquellos que son verdaderos amigos, que nos tratan de manera equitativa tanto a nivel de comercio como de defensa”, expresó el presidente en uno de sus ya habituales tuits matutinos.
Por el momento, los “verdaderos amigos” no han sido identificados por la Casa Blanca.
Hace exactamente una semana, Trump sorprendió al anunciar su intención de gravar las importaciones de acero en 25% y las de aluminio en 10%, en una declaración que desató una oleada global de preocupación ante lo que podría constituir una guerra comercial.
Negociación bajo apremio
Sin embargo, la portavoz de la presidencia, Sarah Sanders, dijo el miércoles que el plan podría incluir excepciones a México y Canadá, dos socios fundamentales que renegocian con Estados Unidos los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
De acuerdo con Sanders, esa excepción podría ser aplicada también “potencialmente a otros países”, luego de un análisis basado en criterios de seguridad nacional.
No obstante, el diario The Washingon Post aseguró que esa exención arancelaria para México y Canadá sería por apenas 30 días, que podría prorrogarse si la renegociación del TLCAN exhibe señales de progreso.
Mexicanos, canadienses y estadounidenses finalizaron esta semana su séptima ronda de conversaciones sin que hasta ahora las partes hayan dado cuenta de avances sustantivos.
Este jueves, Trump conducirá en la Casa Blanca una reunión dedicada exclusivamente a discutir la propuesta para la adopción de los aranceles, y podría utilizar esa ceremonia para formalizar la controvertida medida.
Los secretarios de Comercio y del Tesoro, Wilbur Ross y Steven Mnuchin, se apresuraron en poner paños fríos el miércoles, al señalar que los aranceles eran negociables y que no dañarían el crecimiento.
Ross aseguró el miércoles que la decisión de aplicar los aranceles había sido “cuidadosamente analizada” y que Estados Unidos no buscaba una guerra comercial.
Por su lado, Mnuchin dijo a Fox Business que la medida no perjudicaría las proyecciones del gobierno de un crecimiento de 3% y también aseguró que no buscan “una guerra comercial”.
La UE mostró los dientes
El aviso de Trump sobre el tratamiento preferencial a los “verdaderos amigos” se conoció un día después de que la Unión Europea presentara un cuidadoso plan de represalias ante la iniciativa de la Casa Blanca.
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, dijo tener la esperanza de que se pueda evitar una escalada de tensiones comerciales que “perjudicaría las relaciones transatlánticas”, pero desplegó el abanico de opciones para responder a Washington.
En tanto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, apuntó que las “guerras comerciales son malas y fáciles de perder”, en una referencia directa al presidente Donald Trump, quien el viernes había afirmado que esas disputas son “buenas y fáciles de ganar”.
Asimismo, la UE advirtió este jueves a Trump que, si finalmente grava fuertemente las importaciones de productos siderúrgicos, no puede hacer excepciones con determinados países del bloque, como Reino Unido.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, indicó en Bruselas haber leído que “probablemente están considerando algunas exenciones a los países del TLCAN (…) pero también han mencionado a Reino Unido y quizás otros países”.
“Si intentan hacer una exención para uno de nuestros Estados miembros, significa la UE en su conjunto”, agregó, en alusión a este aliado europeo de Washington que se prepara para abandonar el bloque el próximo 29 de marzo de 2019.
Katainen reiteró además que la Comisión Europea ha llevado a cabo intensos contactos con las autoridades estadounidenses “para tratar de convencerlas de que no provoquen ningún daño importante a la economía estadounidense y a la economía mundial”.
Incluso en Estados Unidos, un centenar de diputados republicanos dirigieron una carta a Trump en la que le piden que no se impongan aranceles uniformes y manifiestan su “profunda preocupación” por las consecuencias que la medida podría acarrear para las empresas estadounidenses.
La estrategia de la Comisión Europea pasa por tres tipos de respuestas: imponer fuertes aranceles a las exportaciones de productos emblemáticos de Estados Unidos, adoptar medidas de salvaguardia y una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
(TOMADO DE LA RED)