El movimiento olímpico nacional conformado por el Comité Olímpico Mexicano (COM) y Medallistas Olímpicos de México (MOM), tributaron un merecido reconocimiento post mortem, al ilustre arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez en el Centenario de su natalicio.
El presidente de MOM, Daniel Aceves Villagrán, entregó el premio Medallistas Olímpicos de México, para el fallecido homenajeado que fue entregado a su hijo Javier Ramírez Campuzano y el COM, le entregó una placa conmemorativa del reconocimiento y su presidente Carlos Padilla Becerra ofreció instaurar el Premio Pedro Ramírez Vázquez para ser otorgado anualmente a atletas y mexicanos que lo ameriten.
“Una organización que no es capaz de curar a sus enfermos; de enterrar a sus muertos; de condecorar a sus héroes, no tiene razón de existir, en caso contrario el movimiento olímpico mexicano busca permanentemente expresiones de gratitud en aquellas personas que con su trabajo, disciplina y constancia, perseverancia, talento, intelecto, pasión y excelencia o han dejado un legado de carácter material, espiritual o intelectual”, destacó Aceves Villagrán durante la exposición de motivos.
Recordó a Don Pedro Ramírez Vázquez como uno de los mexicanos más universales, uno de los mexicanos que se ha significado no solo por ser un gran arquitecto, sino por ser un olímpico de siempre y por siempre.
“En este centenario de su natalicio su figura se agiganta, porque son muchas versiones de su obra y tampoco podría entenderse el movimiento olímpico sin su presencia, sin su genialidad como presidente del Comité Organizador de México 1968”, puntualizó.
Por su parte, la ex nadadora olímpica en México 68, Laura Vaca, leyó la extensa obra del fallecido, cuya familia estuvo presente en la ceremonia de reconocimiento: “Hablar de Pedro Ramírez Vázquez es enunciar a un destacado arquitecto mexicano, urbanista, diseñador, escritor, editor y funcionario público mexicano”.
“Él, es considerado el urbanista que más construcciones icónicas entregó a la Ciudad de México. Entre ellas, destacan emblemáticas obras como el Estadio Azteca, la nueva Basílica de Guadalupe, el Museo Nacional de Antropología e historia, el Museo del Templo Mayor, el Palacio Legislativo de San Lázaro y el Museo de Arte Moderno”, destacó Vaca.
Además de su legado arquitectónico, se le reconoce el haber llevado la cultura mexicana a una máxima exposición, a través de la organización de los Juegos Olímpicos de México 68, de la que fue su presidente del Comité Organizador.
La obra del profesional es extensa pues construyó embajadas, edificios, escuelas, mercados públicos, auditorios, iglesias, logotipos como el de Televisa, teatros, pabellones, casas presidenciales, el museo y oficinas del Comité Olímpico Internacional en Suiza, otros tantos más en México; así como llevó sus construcciones a Bélgica, Estados Unidos, Senegal, Tanzania, Egipto, Italia, República Dominicana, entre otros.
Nació el 16 de abril de 1919 y falleció el 16 de abril de 2013 a causa de neumonía. Su extensa obra la inició en 1954 y concluyó hasta 2011, es decir ejerció su profesión durante 57 años.
“Hace 100 años empezó su vida y hace seis se inició su presencia en el recuerdo y la permanencia vive en la memoria con el testimonio de su ejemplo, el tiempo pasa rápido y pasamos más rápido las personas por el tiempo, se fue dejando su vida en el camino que seguimos y su obra en los espacios que vivimos, por eso dejó el legado de su existencia que forma parte de nosotros”, destacó su hijo Javier.