TIJUANA, 23 de junio de 2021.- Contrario a los informes oficiales, en el Instituto Mexicano del Seguro Social no hay medicamentos, ni personal calificado para hemodiálisis, ni equipo para trasplantes de riñón y de hígado, denunció el presidente de la agrupación nacional Amigos Pro Renal AC, Gonzalo Rodríguez Pinal.
Eso, además de que, con pandemia o sin pandemia, los pacientes renales del IMSS son relegados en su atención médica, supeditados a malas políticas administrativas, tanto para los medicamentos, como para las citas de revisión y de hemodiálisis, y, sobre todo, con tiempos de seis meses, hasta tres años, para programarles un trasplante.
Gonzalo Rodríguez informó a medios de comunicación invitados por la Asociación Nacional de Periodistas A.C. (ANPAC) de Baja California que hay, por lo menos, 500 pacientes renales del IMSS esperando un trasplante de riñón, que, en el transcurso de seis meses a tres años, pueden morir aproximadamente el 70%.
Como su asociación da seguimiento a casos de enfermos renales en todo el país, advierte que, de continuar las condiciones actuales, en el año 2025 habrá, aproximadamente, 212 mil pacientes renales en el país, y 160 mil de ellos fallecerán en el trayecto.
El presidente nacional de Amigos Pro Renal observó que, si bien el IMSS absorbe los costosos tratamientos, lo que está matando a muchos enfermos renales es la burocracia y malas políticas de los directivos de la institución.
En clínicas y hospitales privados, el costo de tratamientos oscila en los 45 mil pesos mensuales, y los trasplantes, hasta 500 mil pesos.
En las instituciones de salud pública, recordó que, cuando funcionaba el Seguro Popular, en el programa de trasplantes a menores de 18 años se calculaba costos por 30 mil pesos por donador y 30 mil pesos por receptor, así como 30 mil pesos en casos de rechazo agudo, pero contaban con 400 mil pesos para ese programa, incluyendo inmunosupresión y medicamentos.
Finalmente, Gonzalo Rodríguez informó que, aunque es poco, recibirán pronto un donativo gubernamental de más de 170 mil pesos, para la atención y seguimiento de enfermos renales, lo cual administrarán en los casos más urgentes.