LIMA, Perú – Alvaro Beltrán fue “trending” o tendencia a nivel internacional luego de haber protagonizado un juego en la que supo levantarse después de haberse estrellado literalmente contra la pared, o más bien, la puerta de cristal de la cancha de racquetball en el Polideportivo del Callao.
Afortunadamente, sólo fue una lesión leve para quien ha jugado cinco ediciones de los Juegos Panamericanos. Además, en todas ha ganado al menos una medalla de cualquier metal, desde que debutó hace 20 años en Winnipeg 1999, cuando obtuvo un bronce en singles.
“Fue una tarde extraña por que estábamos celebrando también el racquetball mexicano históricamente, pues por primera vez se lograba el 1 y 2, y era un festejo”, mencionó el bajacaliforniano que luego de la final disputada este miércoles en Lima, suma en su cuenta ocho medallas en sus cinco panamericanos.
“Desgraciadamente, suceden a veces cosas que no se pueden explicar, pero todo pasa por algo y no queda más que felicitar a Rodrigo, demostró su madurez y su gran calidad como jugador y no queda más que felicitarlo”, dijo sobre el encuentro.
Curiosamente, Rodrigo creció viendo al jugador oriundo de Tijuana, que inspiró a las nuevas generaciones, todas ellas parte del programa de Olimpiada Nacional, al incluirse en ella esta disciplina que ha crecido en todo el continente americano.
Alvaro clasificó a seis juegos continentales. Sin embargo, en 2007 en Río de Janeiro, el racquetball no fue incluido en el programa.
“Fueron mis quintos Juegos Panamericanos, algo me tenía que suceder. Lo bueno que no pasó a mayores y, aunque no fue el resultado que quería, pude terminar el partido que hubiera sido algo muy doloroso para mi todavía más”, explicó.
Hace un año disputó la final de dobles en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, en la misma semana que su madre había fallecido en México. Fue una dura prueba para quien también ha sido el hombre récord en los rankings y longevidad como activo en la IRT y la IRF (Siglas en inglés del Tour Internacional de Racquetball Profesional y de la Federación Internacional de Racquetball).
Y esta semana, el dolor del impacto que sufrió contra la barrera de cristal, fue sólo relativo, explicó al final del encuentro.
“Duele más el no haber cumplido mi sueño y mi meta que las heridas físicas”, subrayó.