EE.UU.- Estados Unidos condena enérgicamente la violencia en curso en Nicaragua y los abusos contra los derechos humanos cometidos por el régimen de Ortega en respuesta a las protestas. Tras años de elecciones fraudulentas y la manipulación de las leyes nicaragüenses por parte del régimen –así como la represión de la sociedad civil, los partidos de la oposición y los medios independientes–, el pueblo nicaragüense ha salido a la calle para pedir reformas democráticas. Estas demandas han sido recibidas con violencia indiscriminada, con más de 350 muertos, miles de heridos y cientos de ciudadanos etiquetados falsamente como “golpistas” y “terroristas” que han sido encarcelados, torturados o que han desaparecido. El Presidente Ortega y la Vicepresidente Murillo son, en definitiva, los responsables de la parapolicía progubernamental que ha tratado en forma brutal a su propio pueblo.
Estados Unidos apoya al pueblo de Nicaragua, incluidos los miembros del partido sandinista, que piden reformas democráticas y el fin de la violencia. Las elecciones libres, justas y transparentes son la única vía hacia la restauración de la democracia en Nicaragua. Apoyamos el proceso de Diálogo Nacional dirigido por la Iglesia Católica para negociaciones de buena fe.
El gobierno del Presidente Trump ha sancionado a tres funcionarios nicaragüenses -Francisco Díaz, Fidel Moreno y Francisco López- en virtud de la Ley Global Magnitsky por abusos contra los derechos humanos y corrupción. Mediante estas sanciones, Estados Unidos demuestra que responsabilizará por sus acciones a los funcionarios del régimen de Ortega que autorizan la violencia y los abusos o que roban al pueblo nicaragüense. Esto es solo un comienzo, no un final, de posibles sanciones.
Estados Unidos está revocando o restringiendo los visados de funcionarios nicaragüenses y de sus familiares que sean responsables de la violencia policial contra manifestantes y autoridades municipales, cuando hayan apoyado la violencia parapolicial pro gobierno o cuando hayan impedido que las víctimas reciban cuidados.
El gobierno del Presidente Trump ha obtenido la devolución de los vehículos donados a la Policía Nacional de Nicaragua que han sido utilizados para reprimir violentamente las protestas pacíficas, y ha puesto fin a las ventas y donaciones de equipos que las fuerzas de seguridad de Ortega podrían usar indebidamente.
Estados Unidos ha anunciado una ayuda adicional de 1,5 millones de dólares para continuar apoyando la libertad y la democracia en Nicaragua, proporcionando un sustento crítico para la sociedad civil, las organizaciones de derechos humanos y los medios independientes actualmente amenazados por el régimen de Ortega.
Estamos trabajando con socios regionales y hemos emitido una declaración de apoyo al pueblo de Nicaragua en la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y hemos aprobado una resolución en la OEA condenando la violencia, apoyando el trabajo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para investigar la violencia y promover elecciones anticipadas.
Funcionarios de alto rango del gobierno, incluido el Vicepresidente Pence, el Secretario Pompeo y la Embajadora Haley, han señalado los abusos contra los derechos humanos en Nicaragua y han exigido públicamente que el régimen de Ortega ponga fin de inmediato a la violencia sancionada por el estado y perpetrada por la policía y las fuerzas parapoliciales. Estados Unidos continuará monitoreando de cerca la situación en Nicaragua y trabajará con la comunidad internacional para que rindan cuentas los responsables de la violencia.