Rosarito.- A semanas de que un trabajador de la frutería “La Serranía” fuera llevado contra su voluntad por tres sujetos fuertemente armados, la tradicional negociación en Rosarito, cerro sus puertas de manera indefinida.
Empresarios locales propietarios de otras negociaciones como restaurantes y talleres también se han visto obligados a cerrar sus puertas ante la creciente inseguridad en este municipio.
“Es una triste realidad que los negocios tengan que cerrar por la falta de garantías y la impunidad con que se manejan los grupos criminales”, comento a este medio un integrante del comercio local establecido.
Y es que mientras las autoridades insisten en hablar de que hay mejoras en este rubro, la realidad se encarga de echar por tierra ese optimismo de los gobiernos, comentaron.
El secuestro en todas sus modalidades, las extorsiones y el cobro de piso, son una práctica común y una trisre realidad de la cual los gobiernos se rehúsan hablar de manera directa.