MÉXICO.- La conformación de un Banco Nacional de Datos Forenses, con perfiles genéticos tanto de familiares de personas desaparecidas como de cuerpos o restos humanos sin identificar, es un trabajo que mantiene saturados los laboratorios forenses del País.
A este proceso, establecido en la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, le anteceden la pérdida de muestras de ADN en los estados y la mala calidad técnica con que son elaborados los perfiles genéticos, según expertos que trabajan el tema en México.
Desde mayo de 2017 hasta la primera semana de marzo, la Policía Federal (PF), en coordinación con la Procuraduría General de la República (PGR) y autoridades locales, había recolectado más de 6 mil muestras de sangre o saliva de familiares de personas desaparecidas en 11 entidades.
Y en el segundo fin de semana de marzo acudieron a ocho nuevos estados y regresaron a otros tres ante la demanda de colectivos de familiares de desaparecidos.
Esto no significa que ya se tengan los perfiles genéticos de esos familiares, reconoció Elena Abarca Ávila, directora del Laboratorio de ADN de la División Científica de la PF, institución encargada de procesar las muestras.
Ávila detalló que una sola persona del laboratorio tardaría entre 8 y 10 horas en obtener el perfil genético de una muestra de sangre o saliva, y para que este proceso sirva de algo se debe obtener ADN de huesos humanos hallados en fosas clandestinas o en fosas comunes, lo que es más tardado.
“Para que llegue al laboratorio un resto óseo limpio -por decirlo de una manera- y se pueda analizar, muchos compañeros ya trabajaron bastantísimo, es un trabajo titánico.
“Y cuando llega el resto óseo al laboratorio, lo que hay que hacer es tomar un fragmento y pulverizarlo, (después) descalcificarlo, lo cual tarda semanas, y de eso se hace la extracción del material genético, y hay que cuantificar para ver en qué cantidad lo tengo y en qué calidad, ¿podemos obtener algo (de esa muestra)? Si no, se regresa. No es tan sencillo como meterlo a una máquina y ya”, indicó la científica.
Ese proceso, aclaró, se sigue con cada hueso, pero cada analista indaga alrededor de 20 casos y cada expediente representa analizar más de tres fragmentos óseos.
Raúl Chacón, director general de Laboratorios de la PF, detalló que las muestras se procesan conforme llegan.
“Si antes de trabajar los casos (de familiares) hay un caso forense, pues hasta que no concluyen los muchachos el caso forense no pueden pasar a procesar las muestras de referencia.
“Esa es una de las razones, a lo mejor, que nos preguntan por qué no podemos concluir todos los perfiles, es por el orden que se lleva y la cantidad de trabajo que tiene este laboratorio”, explicó.
Santiago Corcuera, ex presidente del Comité sobre Desapariciones Forzadas de la ONU, refirió que conoce casos en los que autoridades estatales extravían las muestras, aunque sin precisar cuáles.
“Me he enterado de casos en los que las autoridades toman la muestra de sangre para compararla con la de cuerpos que tienen en el Servicio Médico Forense y le dicen a la víctima que regrese dentro de una semana, imagínate la angustia, y cuando llegan les dicen que perdieron su muestra y les van a tener que sacar de nuevo sangre”, contó Corcuera.
(TOMADO DE LA RED)