Mi Libreta
Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA BC 7 DE OCTUBRE DE 2015.- Los trabajos del Zócalo 11 de julio que se levantan en medio de los edificios sede de los gobiernos de la ciudad y estatal han sido clausurados por orden de un juez. También está inutilizable el estacionamiento público que se edificó de manera subterránea en la explanada del Palacio Municipal. Ambas son obras costosas que se han financiado con dinero público.
En el caso del Zócalo 11 de julio, dejando a un lado las cuestiones ambientalistas, es una obra que ya se hace necesaria en la ciudad, pero que tiene un trasfondo empresarial que la ha viciado de origen pues está siendo pagada con el dinero que entre todos entregamos al gobierno federal a través de nuestro impuesto.
El problema no es que se paren las obras, pues seguramente continuarán por el capricho de personajes como Carolina Aubanel Riedel, presidenta del Patronato que sólo funciona de adorno pues no ha puesto de su bolsa ni un solo ladrillo de lo que ahí se construye. El asunto es que aun y en contra de lo que dice muchos de los tijuanenses opinan el proyecto continúa.
El asunto del Zócalo, debería someterse como en otras democracias más avanzadas a votación de la comunidad que es a la que le cuesta, podría ser un buen asunto para adjuntarse en la boleta de elecciones del próximo año, que sea la comunidad en pleno la que opine si se termina como está planeado o solamente se le da fin a la parte ya iniciada.
Si la mayoría considera que debe terminarse, pues que se haga, pero si la sociedad en pleno considera que no debe continuar, pues ahora si la autoridad debe reformar el plano ejecutivo vigente y adecuarlo para que lo que ya se ha gastado no se tire a la basura. Esta sería una solución fácil y democrática.
En el caso del estacionamiento, ahí sí, debe aplicarse todo el peso de la Ley en contra de quienes edificaron esa obra que en poco tiempo está desmoronándose, pues ese si representa un perjuicio para el erario de todos los tijuanenses. En este asunto no debe darse pie para que suceda lo mismo que con las famosas luminarias de la administración de Carlos Bustamante que pagó y cobró comisión por basura y nadie le ha hecho nada.