Para el grupo religioso Set Free International, a misión es clara; brindarle a las personas privadas de la libertad esperanza a través de la palabra de Dios, y con ello, apoyar a los procesos de reinserción social de la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario de Baja California (CESISPE).
Liderado por el fundador de la agrupación, Eduardo Meza Mayoral, Set Free International conformado por 20 elementos, realiza constantes actividades en los centros penitenciarios de Tijuana, Ensenada y El Hongo I, atendiendo semanalmente a más de 300 internos con jornadas de predicación en los templos, o bien, cánticos cristianos en los pasillos de las celdas, sin dejar de lado las jornadas donativas, en las que los privados de la libertad reciben artículos de higiene personal, alimentos y vestimenta proporcionada por las campañas que el grupo religioso realiza en el exterior.
“El trabajo que hacemos no es fácil, pero lo que me motiva levantarme día con día a seguir con esta misión, es el compromiso que hice con Dio, y también, el hecho de ver a los privados de la libertad transformarse, si de 300 personas que atendemos por semana, una sola cambia, todo el esfuerzo vale la pena”, asegura Eduardo Meza.
Y es que el fundador de Set Free International, entiende perfectamente el idioma que hablan las personas con altos conflictos emocionales, pues, él mismo viene de una juventud complicada, en la que abundaron las drogas y la soledad, pasando parte de su vida dentro de los mismos centros penitenciarios.
Fue gracias a su estancia en un centro cristiano contra las adicciones que Eduardo Meza se sumergió en la palabra de Dios, empezando así, la transformación espiritual, que lo llevaría años más tarde a fundar el ya mencionado grupo religioso con el apoyo de varios amigos.
Para la CESISPE el principal objetivo es transformar a las personas privadas de la libertad en ciudadanas y ciudadanos de bien, y para lograrlo, se tiene la certeza del trabajo que se tiene que hacer en mente, cuerpo y alma con los múltiples programas de reinserción social, pero también con el valioso apoyo que brindan los grupos religiosos, asociaciones civiles, fundaciones y dependencias, que voluntariamente se dan cita a cada uno de los cinco centros penitenciarios para adultos y los tres centros de internamiento para adolescentes de Baja California.