Caída en la siembra de frijol en Sinaloa

En opinión de:
Por Miguel Meza

Los problemas de precio, aunado a los conflictos con los bodegueros para que les pagaran, desmoralizaron a los productores, indicó la secretaria del Sistema-Producto-Frijol, Martha Ofelia Meza.

Ante la caída de los precios del frijol y la dificultad que tuvieron los productores para que les pagaran los bodegueros, es posible que el próximo ciclo disminuya la siembra de esta leguminosa y los productores se inclinen por el maíz, aunque también tendrá mal precio en esta temporada.

“La incertidumbre del pago hacia este grano pues ya lo que queremos nosotros es ver y buscar mejor que grano, dónde tenga más certidumbre y que nos dé un poquito de ganancia”. “…se está por reunirse ya quienes integramos el sistema-producto-frijol para ver qué tantas hectáreas se van a sembrar en este ciclo”, expuso. Señaló que con la humedad que se tiene, los frijoleros tendrán la oportunidad de ahorrarse un riego, aunque se prevé un aumento en los costos del amoniaco por el incremento del valor del dólar, aunado a que los productores están desmoralizados porque los compradores complican los pagos. Por Carlos Reyes

La importación de alimentos y falta de producción ponen en riesgo seguridad nacional:

Como es del conocimiento público en México existen 28 millones de mexicanos en condiciones de pobreza alimentaria, esto es 25 por ciento de la población del país, uno de cada cuatro mexicanos. Resulta inaceptable, pero lo que es inusitado es que 20 millones de mexicanos o sea el 80 por ciento de la población con hambre vive en el campo, ahí donde se producen los alimentos, ahí donde deberíamos de tener garantizada la seguridad alimentaria. En días pasados, en el estado de Sinaloa se reportaron pérdidas en la producción de maíz producto de una helada atípica, afortunadamente menor a la del 2011. Al finalizar el ciclo pasado, los Estados Unidos, debido a una fuerte sequía cerraron con una pérdida de 45 millones de toneladas en su producción de maíz, más del doble de nuestra producción nacional, junto con ello principalmente con la aprobación al acuerdo para atender el precipicio fiscal, el Congreso de ese país aprobó en su punto 12: prolongar la estructura de apoyos y subsidios a la producción agrícola lo que significa seguir subsidiando la producción de etanol y jarabe de alta fructuosa a partir del maíz, lo que podría traer como consecuencia que se reduzca la disponibilidad del maíz en el mercado mundial, de donde nosotros dependemos e importamos 13 millones de toneladas, y que haya desabasto, o que se consiga a precios de mercado bajo especulación, o bien, que sólo nos envíen alta fructosa nuestros vecinos y socios del norte castigando más los precios de nuestra caña de azúcar. Por el Sen. Fidel Demédicis PRD.

Maíz, frijol y chile: común denominador de las cocinas de México.

Desde una posición primermundista y con nulos conocimientos nutricionales, suele criticarse nuestra dieta popular de tortillas, frijoles y chile. Aunque es obvio que el consumo de carnes, frutas y otros productos enriquece cualquier régimen alimenticio, en todo caso es equivocado el enfoque peyorativo de la trilogía que sustenta a nuestro pueblo. El maíz de las tortillas, como otros cereales, aporta los carbohidratos y así las calorías que se traducen en energía; también tiene proteínas, aunque los aminoácidos que las componen tienen limitaciones en su digestibilidad… pero esperemos al tercer elemento. El frijol es una leguminosa que aporta mayores cantidades de proteína que los cereales y con una mejor calidad en sus aminoácidos, aunque algunos de ellos también tienen, en principio, una baja asimilación… y aquí entra en acción el tercer elemento de nuestra dieta popular: el chile. Resulta que este fruto no sólo es riquísimo en vitaminas (es el vegetal con mayor concentración de ácido ascórbico que se con
oce), sino que además, y sobre todo, provoca una alta digestibilidad de las proteínas del maíz y del frijol.

Es decir, el trinomio no es

“maíz más frijol más chile”, sino más bien

“maíz más frijol por chile”, si se nos permite esta figura algebraica. De manera que el chile no es para los mexicanos solamente un complemento alimenticio, sino un multiplicador nutricional. Esto lleva a reflexionar (por enésima vez, como en tantos temas) en que la naturaleza es muy sabia. Y habría que reiterar que sabios fueron nuestros antepasados prehispánicos.

Los cultivos transgénicos en México

En este milenio que comienza, las nuevas propuestas tecnológicas en las ciencias biológicas son sorprendentes. Los avances han sido tales, que hoy el ser humano puede modificar la vida y crear seres nuevos.

Los conocimientos científicos y sus posibles aplicaciones han traído a la humanidad una responsabilidad muy grande, la de vigilar que esta tecnología no se utilice de tal manera que represente un peligro para la vida en el planeta. El desarrollo de la biotecnología incorporó en años recientes la ingeniería genética, la más polémica herramienta posible, por los alcances que tiene y las consecuencias que puede acarrear.

Un organismo modificado por ingeniería genética, conocido como organismo genéticamente modificado (OGM) o transgénico, puede ser una planta, animal, hongo, bacteria o alga, entre otros, a cuya cadena de ácido desoxirribonucleico (ADN) se introducen genes de otro organismo.

El organismo del que se toman los genes puede pertenecer a la misma especie o ser de una completamente distinta, incluso de un reino diferente. En teoría, esto significa que se pueden tomar genes de una bacteria e introducirlos a una planta o a un animal; o pasar genes de una planta a un ratón o a células humanas. Por lo tanto, los OGM son seres vivos nuevos, inéditos en la naturaleza y poseen información genética que no existía en su especie. Los posibles daños a la salud es uno de los temas que más preocupación ha generado. Se trata de un cuestionamiento de sentido común e inmediato: la falta de evidencia no significa ausencia de riesgo. Existen muchos casos de productos ya comercializados que han tenido que retirarse del mercado porque se comprobó, luego de dañar a muchas personas, que sí tenían efectos directos o colaterales en la salud.

No es fácil detectar los efectos negativos en la salud humana, pero hasta ahora la discusión se ha centrado en dos temas: reacciones alérgicas y resistencia a antibióticos. Por Greenpeace México

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