* La Policía Municipal les decomisó sendos taxis libres que utilizaban para cometer delitos
TIJUANA BC 11 DE NOVIEMBRE DE 2013.- Dos presuntos delincuentes que utilizaban taxis libres para cometer ilícitos fueron atrapados ayer por oficiales de la Policía Municipal, con apoyo de cámaras de videovigilancia ubicadas en la Central de Monitoreo de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM).
Son Ramiro Zamora Benítez y Alejandro Cueto Delgado, de 37 y 26 años de edad, en ese orden, y la detención estuvo a cargo de agentes asignados al distrito San Antonio de los Buenos.
El primero por tentativa de privación ilegal de la libertad en agravio de una niña de 9 años y el segundo, por robo de 300 dólares a un transeúnte. Ambos esperan que el Ministerio Público del orden común defina su situación legal.
Alrededor de las 10:40 horas Zamora Benítez, operador del taxi 1090, subió por la fuerza a la menor, en la colonia Altamira.
Familiares de la criatura solicitaron auxilio a la Policía Municipal y cámaras de videovigilancia de la Central de Monitoreo avistaron el vehículo en la Rampa Chopo, colonia Francisco Villa.
Indicaron que la niña estaba sentada frente a su casa, de donde el taxista se la llevó contra su voluntad, sólo que la madre se percató de ello y gritó en demanda de ayuda. Un vecino la escuchó, se interpuso al paso del vehículo y cuando éste frenó la mujer abrió la puerta y rescató a su hija.
Ramiro se alejó a toda velocidad pero poco después lo detuvieron los municipales guiados por personal de la Central de Monitoreo.
Suerte parecida corrió Alejandro Cueto Delgado, operador del taxi libre 5889, quien con arma punzocortante atacó a un pasajero y lo despojó de 300 dólares, en la colonia Valle del Rubí.
Tras la denuncia del afectado oficiales de San Antonio de los Buenos se lanzaron a la caza del ladrón, y con apoyo de las cámaras de monitoreo del Centr4o de Control y Mando (C-2) lo detuvieron en el cruce de Mártires de Chicago y Juan Sarabia, segunda sección de la colonia Obrera.
Le decomisaron una navaja con hoja de casi 10 centímetros de longitud que llevaba junto al asiento del conductor, pero el dinero no apareció por ningún lado, aunque el ofendido lo reconoció sin lugar a dudas.