Advierte protección civil: no todos los terrenos habitables son construibles

Debido a que el 60 por ciento de las colonias de Tijuana están edificadas entre cerros, laderas pronunciadas, cauces de arroyo y lomeríos elongados, existe una probabilidad muy alta de amenaza de deslizamientos, desplazamiento imprevisto de volúmenes de material o flujos de detritos.

Por lo anterior, la Dirección de Protección Civil recomienda a la ciudadanía que antes de comprar un terreno consulten en el Instituto Metropolitano de Planeación (Implan) si el predio es habitable o construible, a fin de que adquieran un patrimonio en buen estado, que no afecte su economía ni ponga en riesgo su vida.

El titular de la dependencia explicó que la geomorfología del municipio está constituida en su mayoría por zonas topoformas de sierra baja y meseta compleja que han obligado la creación de asentamientos humanos en lugares que representan verdaderas amenazas para la población.

El factor principal que incide en este fenómeno es la migración que se ha traducido en un vertiginoso crecimiento de la ciudad y que la ha colocado como la más poblada de México con casi dos millones de habitantes en 2020, según el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Aunado a ello, la situación de pobreza está relacionada en cierta medida con la vulnerabilidad de viviendas, debido a las carencias para cumplir con las especificaciones básicas de la construcción, pues la mayoría se edifican sobre llantas, terrenos rellenados o en pendientes.

Otro efecto que encrudece el tema de la vivienda en Tijuana es la invasión de predios, producto de la migración y la pobreza, en lugares altamente peligrosos para habitar. Un ejemplo de estos asentamientos irregulares es el ubicado a un costado de la rampa que sube hacia Otay, casi frente a la Central Camionera de 5 y 10.

Las amenazas de origen geológico que pueden afectar a estos y otros habitantes ubicados en laderas, cerros, cañones o cauces de arroyo son sismos, deslizamientos y derrumbes provocados por las pendientes naturales, la atracción gravitacional, el debilitamiento de materiales, la presencia de agua, así como la estructura del terreno.

Dicho riesgo puede presentarse, e incluso acelerarse, debido a las actividades propias del desarrollo urbano, que al excavar o modificar la estructura geológica del área con materiales que tienen baja capacidad de carga para construir, se convierten en una latente zona de peligro.

Muestra de ello, comentó Protección Civil, son los deslizamientos históricos que han causado daño en Tijuana como son caídas de bloques en el Túnel 2 de la vía del ferrocarril Tijuana-Tecate, el deslizamientos de ladera en la Colonia Maestros, y el flujo de detritos (materiales sueltos) que ocurrió en varias colonias populares asentadas en laderas y zonas con urbanización incompleta durante las lluvias extraordinarias de 1993.

Aunado a lo anterior, se tienen detectadas 23 zonas con deslizamientos que han impactado 387 viviendas: 69 fueron afectadas, 6 tienen daños parciales, 60 se encuentran en riesgo, 252 tuvieron pérdidas totales, 1 gasolinera y dos naves industriales tuvieron perímetros afectados; 13 edificios de 5 niveles se declararon con pérdidas totales y 6 vialidades secundarias así como una principal resultaron expuestas.

A pesar de esos datos se tiene conocimiento de que pueden existir más áreas en riesgo por lo que la Dirección de Protección Civil se mantiene en constante alerta, principalmente en la temporada de lluvias, para realizar recorridos de inspección y de advertencia para que las personas tomen las debidas precauciones.

Diferenciar entre un terreno habitable y un terreno construible es fundamental para que las familias conserven su patrimonio en buen estado y sin afectaciones en su economía ni arriesgar su vida, explicó el funcionario, pues no todos los terrenos habitables son construibles debido al equipamiento urbano que se requiere introducir como es agua potable, drenaje y pavimentación.

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